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Del antipasti al postre en Parking Pizza

 Ya tenemos "italiano" para los días de partido. Y para cualquier otra jornada. Parking Pizza se erige a unos metros del templo madridista, muchos menos de la mítica sala Canoe, con un local minimalista y con aires de vanguardia estadounidense. Recién llegado del Soho, del Nomad o del más apropiado Little Italy, el establecimiento centra el tiro en poco más de un par de pastas, una decena de referencias en pizza y unos entrantes, panes y embutidos que lejos de completar el resto de la comanda adquieren protagonismo propio por su llamativa calidad. No sigas buscando, en una zona tan complicada acabas de encontrar aparcamiento... Parking Pizza.

Vitello, focaccia y anchoas. Abriendo boca de la mejor manera posible.

Justificamos la seguridad con la que hablamos de los entrantes en los dos panes de focaccia que probamos -uno al romero- para certificar que suponen el mejor acompañamiento para las anchoas que pedimos y el, tomad nota, Vitello Tonnato. Una suerte de carpaccio de solomillo con salsa al atún ligero, intenso, delicioso. El perfecto entrante para compartir antes de atreverse en los principales con una de las dos pastas que probamos, gracias a la posibilidad de ordenar medias raciones. Nos quedamos con la de cacio e pepe, si bien los fetuccine puttanesca destacan por una pasta al perfecto dente y un marcado sabor a oliva. Sin olvidar una de sus propuestas estrella; las pizzas. Nuestra elección privó a la base de tomate apostando por una generosa cantidad de trufa con una mezcla de quesos para los amantes del derivado lácteo. La masa, esponjosa, y las dimensiones, nada desdeñables, completan un principal obligado. 

Pasta al perfecto dente y pizza con abundante trufa negra y quesos.

A estas alturas uno se daría por satisfecho y se conformaría con que el restaurante ofreciera algún postre por dar esa opción en carta... pero ése no es el estilo de Parking Pizza. Puestos a incluirlos, prefieren hacerlo con un tiramisú enorme y sabroso además de con una tarta de chocolate nada empalagoso y galleta extraordinaria acompañada de helado de nata. Te recomendamos pedir el cambio por helado de vainilla, en cualquier caso los helados son para enmarcar también.

Riquísima. Difícil pedir sólo una porción.

La disposición en largas mesas de madera y pufs que sirven de guardarropa y ese aire neoyorquino de compartir velada con el resto de comensales redondean un italiano que merece la pena, al menos, una visita en tu vida culinaria. 

Más información en https://www.parkingpizza.com/sitios-madrid/


Jesús Clemente Rubio